- Colocar en un lugar honroso y venerar la imagen del Misericordiosísimo Jesús, y acudir confiadamente al El en todas nuestras necesidades.
- Llevar una vida cristiana.
- Practicar las obras de Misericordia, tanto espirituales como corporales.
- Repetir con frecuencia la jaculatoria "Jesús confío en Ti".
- Trata de ser también un apóstol de la Misericordia de Dios, pues el Señor dijo a Santa Faustina:
"Haz todo lo que está en tu poder
para propagar la veneración
a mi Misericordia,
que es infinita"
(D.699)
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