"Suelta las ataduras generacionales
que están marcando tu vida.
No eres culpable de los errores de otros,
pero puedes cambiar la historia.
Si no te enseñaron a perdonar, amar,
abrazar o expresar tus sentimientos,
es hora de tomar la iniciativa.
¡No te reprimas!
¡Verás resultados sorprendentes!
Si tu familia no conoce la fraternidad,
¡practícala! Sé solidario, deja atrás el rencor
y pide a Dios por la conversión de esos
corazones de piedra"
¡La Misericordia comienza por casa! "
Luz.
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