En muchas ocasiones mueren
personas con cualidades extraordinarias que nos entristecen. Fue el caso de la presente semana.
Una de ellas una excelente hija,
esposa, madre, profesional cuya misión era precisamente salvar vidas, es la víctima de un accidente ocasionado por un “carro
fantasma”, personas que sólo piensan en sus intereses y huyen del lugar. Será que el sentimiento de culpa no existe en
ellos? ¿Cómo saberlo?. Por un lado se
pide a Dios fortaleza para la familia de la joven víctima y por otro misericordia para quien
ocasionó el accidente.
El otro caso un Señor mayor,
docente quien toma la decisión de
suicidarse. Cierro los ojos y pienso en la desesperación que sentía y no dejo
de pedir Paz en su tumba, convencida que el Señor será Misericordioso con El. La mente nos puede llevar a estados
inimaginables que requieren ayuda profesional y espiritual. En todo caso no podemos criticar y mucho
menos juzgar.
Escuchar la siguiente canción me
genera muchos sentimientos.
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